Una persona recuperada de COVID-19 no solo tendrían como secuelas alteraciones pulmonares, también, cardiovasculares, insuficiencia renal, daños en el hígado, enfermedades cerebrales y hasta mentales como depresión y ansiedad, informó el subdirector de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud de Puebla, Fernando Huerta Romano.
“En esta enfermedad que inicialmente se pensaba que era de tipo respiratorio, se ha demostrado que puede afectar diversos órganos, por una inflamación sistémica. Dentro de las secuelas pulmonares, por el proceso de cicatrización, pueden obligar a la dependencia de oxigeno de por vida”, expresó.
A detalle, el especialista, dio a conocer que dentro de las secuelas están los problemas cardiovasculares que incluyen arritmias, coagulación sanguínea e insuficiencia cardiaca; asimismo, afectaciones al hígado que pueden condicionar una hepatitis.
De la misma forma puede provocar, en los pacientes recuperados, la presencia de crisis convulsivas, enfermedades cerebrales e insuficiencia real, además, alteraciones mentales como la depresión y la ansiedad.
Por su parte, el titular de la Secretaría de Salud Puebla, José Antonio Martínez García, informó que en las últimas 24 horas se reportaron 305 casos activos de coronavirus y 24 defunciones.
Expuso que desde el inicio de la pandemia en Puebla se han realizado 38 mil 850 muestras, de las cuales 24 mil 824 fueron positivas; asimismo, suman 3 mil 073 defunciones.
Actualmente hay mil 326 casos activos, de los que 796 están hospitalizados y 149 en Terapia Intensiva.