El gobernador priista de Nuevo León, Rodrigo Medina de la Cruz, enfrenta acusaciones públicas de enriquecimiento ilícito y corrupción, delitos presuntamente cometidos en contubernio con su padre, Humberto Medina Ainslie. Tras haberle permitido a sus colaboradores numerosos actos de deshonestidad, el mandatario estatal parece haber caído en desgracia en el último año de su gestión.
Medina protegió a sus colaboradores. Adrián de la Garza Santos, quien fue procurador estatal y conoció a fondo los ilícitos cometidos en la entidad, le deberá su carrera política, pues de él recibió la candidatura del PRI para la alcaldía capitalina.
Medina Ainslie y sus hijos Alejandro y Humberto engañaron a los ejidatarios para adquirir terrenos. En la transacción estuvo implicado el actual candidato priista a la alcaldía de Guadalupe, Francisco Cienfuegos, diputado local con licencia y amigo de Rodrigo Medina.
Gustavo Madero, dirigente nacional del PAN, presentó el 19 de mayo ante la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales una denuncia contra Rodrigo Medina de la Cruz y su padre. Al mandatario lo acusó de enriquecimiento ilícito, y a Medina Ainslie de lavado de dinero.
Según este análisis, Rodrigo Medina posee un terreno de agostadero de 36 hectáreas en el municipio de General Terán, con valor de 3 millones de pesos (mdp); una casa, a nombre de su esposa Gretta Salinas Margáin, en el fraccionamiento Las Misiones de Santiago, de mil 238 metros cuadrados y 20 mdp. Medina Ainslie tiene siete propiedades en San Pedro Garza García, con un valor estimado de 300 mdp. También posee, con su hijo Alejandro, dos fraccionamientos en San Antonio, Texas: uno de 200 hectáreas en un espacio conocido como Sundance Ranch, de 70 mdp. El otro en Clear Water Ranch, de 150 hectáreas y 90 mdp. Alejandro, en solitario, tiene una residencia en The Dominion, en Bexar, Texas, por 11.5 mdp. Una más en Sundance Ranch, por 6.9 mdp. Y un condominio en la Isla del Padre, por 10 mdp. A esto se suman los terrenos ejidales que Medina Ainslie y sus hijos Alejandro y Humberto tienen en Mina, valuados en cinco mdp.
Todas estas propiedades fueron adquiridas en el tiempo en que Medina Ainslie y su hijo Rodrigo han sido funcionarios públicos y no se ha esclarecido la forma en que fueron pagadas ni el origen de los recursos para adquirirlas.
El mismo análisis señala que la adquisición, en algunos casos, no consiste únicamente en los terrenos, pues sobre ellos han sido construidos edificios cuyo arrendamiento genera ganancias cuyo fin es simular limpieza de recursos desde el punto de vista fiscal.
En este proyecto de denuncia se apunta que Rodrigo Medina ha sido funcionario público los pasados nueve años: diputado federal (2006- 2007), con un sueldo mensual neto de 75 mil pesos; secretario general de Gobierno (2007-2009), ganando 130 mil pesos mensuales, y gobernador desde 2009, con un salario de 188 mil pesos mensuales. Medina Ainslie fue procurador de Coahuila (1993- 1997), con una remuneración mensual de 103 mil pesos. Como consejero jurídico de Nuevo León recibía 105 mil pesos al mes.
Los salarios juntos de estos funcionarios son insuficientes para pagar las propiedades que se les han descubierto.