La ineficiencia de la administración municipal de Claudia Rivera Vivanco que ocasionó la cancelación de obras en el centro de la ciudad, convirtió en un cochinero los trabajos de pavimentación de las calles 8,10, 12 y 14 poniente, que ahora en lugar de contar con concreto hidráulico las transformó en calles rurales, llenas de tierra, piedra y lodo.
Manolo Zitle
La ineficiencia de la administración municipal de Claudia Rivera Vivanco que ocasionó la cancelación de obras en el centro de la ciudad, convirtió en un cochinero los trabajos de pavimentación de las calles 8,10, 12 y 14 poniente, que ahora en lugar de contar con concreto hidráulico las transformó en calles rurales, llenas de tierra, piedra y lodo.
El gobierno de Claudia Rivera retiró el adoquín en las calles que van de la 8 a la 14 poniente para colocar concreto hidráulico, como parte de los trabajos complementarios en el centro histórico de la ciudad, pero al no poder gestionar los permisos ambientales estatales las dejó abandonadas y ahora suspendidas con las nuevas disposiciones de la Sedatu, por lo que estas vialidades pasaron a ser calles de terracería, ocasionando el enojo de vecinos y comerciantes de la zona.
Los poblanos reprochan a la edil el haberles prometido que en un mes quedaría las obras de pavimentación, pero después de varias semanas las calles se encuentran hechas una desgracia, lo cual se ha agudizado con la temporada de lluvias.
La pésima planeación de la administración claudista ha ocasionado que en el municipio de Puebla existan más de siete mil calles sin pavimentar, y que el 60 por ciento de las vialidades existentes presenten daños en la superficie de rodamiento.
Con estas deficiencias en la ejecución de obra pública durante sus tres años de gobierno, la edil de Puebla se ha ganado a pulso ser considerada como una de las peores alcaldes de la entidad y del país, que no deja de sorprender negativamente a los poblanos.